Ahora estamos en dos blogs...




LOS COMENTARIOS ANIMAN A LA SEÑORITA ESCRITURA








miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sue


Sue apuró su tercer cigarrillo consecutivo y lo arrojó por la ventana. Se colocó correctamente la cinta amarilla en la frente y comprobó que su vestido de flores estampadas estaba manchado de pintura.

A su espalda sonreían tres lienzos bañados por el sol. En ellos se veía la misma figura desde distintos ángulos; un chico con el pelo rizado y gafas de sol fumando en una ventana. Al fondo, el mar sin calma, varias tempestades.
Sue odiaba los lunes y los martes. Aunque últimamente también odiaba los miércoles, jueves y algunos viernes. A veces odiaba sus ojos verdes y todo lo que ellos veían.

Se sentía sola y ese dibujo lograba calmarla. Fumar con su amiga María solamente le creaba confusión, tristeza y mala leche. Los cafés con Estefanía la mataban. Estefanía siempre le había parecido demasiado superficial; como esas chicas que no entienden de poesía.
Pero cuando en su vida aparecía ese dibujo, sonaba en el aire algo distinto; era como un sueño que solo recordaba con pincel en mano.

Sue no sabía volar en moto. En realidad le daba miedo la velocidad. Prefería las bicicletas de colores y el blues; con dolor, con lunas, con café y dos sobres de azúcar.
A veces se pintaba cada una de las uñas de los pies de un tono distinto, e imaginaba cuanto tardaría en irse el color si caminaba por la arena de la playa.

Sue se ahogaba, se perdía y no se encontraba. Sue creía que estaba sola y que había nacido en una época equivocada.
Necesitaba encontrar al muchacho del cuadro; necesitaba pintar camas y aviones. Resulta que nunca había soportado los balcones.

Aunque cuando Sue decida, el mundo bailará a su compás, y todos con ella. Iré preparando mis zapatos; me gusta quitármelos para bailar. Coger a Sue de la mano, y demoler las aceras grises.

RODRIGO.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El dolor es un síntoma bastante común

Esto es de hace algún tiempo pero no he podido evitar querer ponerlo. El otro día salió a la luz en una clase la existencia del dolor, su significado, sentido etc... Y me ha venido a la cabeza algo que yo escribí.

Sé que estamos en navidad y es una época alegre. Y además a mí me encanta la navidad y me siento muy alegre (os contaría mis motivos, pero esto no es el diario de Rodrigo, sería un diario super chulo, pero aún no es el momento).
Sonará absurdo. Pero una vez leí, que la única forma de saborear el triunfo, el amor, la felicidad; es habiendo saboreado amargamente sus contrarios; la derrota, la rotura del corazón, la tristeza pura.
Por eso coloco algo triste, para que de alguna manera nos demos todos cuenta de lo importante que son las personas que nos rodean, y que no hay que perder por nada del mundo a las personas que nos quieren de verdad. No pienses que tú eres distinto; no hay tantas personas que te quieren de verdad, no te flipes.

Hay un diálogo que no se donde escuché, que dice algo parecido a lo siguiente.

  • ¿Por qué me perdonas? no lo entiendo, me he portado como un completo hijo de puta contigo.
  • Porque eso es lo que hacen los amigos, se perdonan...

Lo siento, si que hay personas así. Bueno, ya me he ido por las ramas, y aunque sé que soy encantador, tendréis otras cosas que hacer; aquí va el texto sobre el dolor que dije antes. Versos y feliz navidad.


EL DOLOR SIEMPRE TE ENCUENTRA.

He llegado a considerar que todo estaba en mi cabeza y que yo veía algo que no existía. Pero no estoy tan loco; noto como la gente me mira con compasión y escucho aunque todo esté en silencio lo triste que puede ser el destino de las personas. Por eso sé que todo es real, y que tengo que vivir con ello.

Lo que más miedo me da es no verla envejecer. Yo me iré marchitando poco a poco y ella siempre se mantendrá igual. Tengo miedo de que eso acabe por matarlo todo.
La imagino bailando con una cinta amarilla en el pelo, gritando y sonriendo. La noto a mi lado muchas noches mientras duermo y me rompo un poco al despertar y ver que no está, que ya nunca estará.

Nunca dejéis de lado a alguien que de verdad os importa. Porque cuando de verdad se va, nunca volverá. Y puede que seas capaz de crear millones de armaduras con forma de excusas que protejan tu corazón. Pero un día el dolor llegará; lento, negro, puro, sin rabia.

El dolor siempre te encuentra.



RODRIGO.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Por no saber chutar, supongo.

Andaba yo chutando hojas marrones en una calle llena de luces y ráfagas de perfume. Soy bastante mejor chutador de hojas que de balones, pero eso no viene al caso. Para situarnos; en ese momento mis pensamientos me acompañaban como de costumbre. Yo llevaba guantes al estilo mendigo y hacía mucho frío. Aunque seguro que el termómetro que se escondía en una esquina alternando horas con grados mentía, porque no me creo que ese artilugio haya sido fabricado con el símbolo negativo, que no, que no me lo creo. Todo estaba sucediendo de una manera correcta y elegante, hasta que como en casi todas mis historias de aventuras; un triste recuerdo y un fuerte latido vinieron a estropearlo todo.

A unos treinta y cinco pasos apareció una silueta de señorita que me dejó en estado agudo de melancolía.
Ella llevaba un gorro gris, y una bufanda del mismo color. El resto de la ropa no recuerdo como era. Porque aunque resulte extraño, a mi cabeza solo le da la gana almacenar colores de cuello para arriba, es un extraño suceso del que ya hablaremos otro día.
Fueron sus andares y sus maneras lo que me hicieron torcer el gesto y recordar mis cuantiosas, constantes y desafortunadas meteduras de pata. Meteduras que aunque a veces creo justificadas por esa droga llamada romanticismo… (Recuérdese la frase: por eso el amor es ciego y siempre le acompaña la locura), siguen siendo demasiadas meteduras de pata.

Pero no sé. El tiempo a veces borra lo malo, o al menos nos da un punto de vista más objetivo, si es que eso existe. Y puede que me diera por pensar en esa leyenda urbana que habla de las segundas oportunidades.

Igualmente lo decidí; Después de todo. Aquella historia y sus consencuencias ya había sido mecida y puteada por varios años, fracasos, recuerdos mezclados-no agitados y abrazos endulzados con lágrimas.
Cada uno debía de haber librado en todo este tiempo numerosas guerras y por lo visto ninguno de los dos había sido vencido; Quizá herido, puede que de muerte, o puede que de vida. (es una herida muy novedosa que aún no está prefeccionada)

Suspirando aceleré el paso, nervioso y recordando: Su sueño viendo un coche desde una ventana, algún barco, algún parque, alguna canción…
Llegué a su altura y agarrándola suavemente del hombro hice que se girara.

  • Hola –dije mientras al ver sus ojos me preguntaba si de verdad era ella, al fin y al cabo solo la había visto de espaldas-.

  • Perdona, ¿te conozco? -me respondió-.

  • Pues, para empezar déjame decirte que tu gorro es realmente bonito, y respecto a tu pregunta…

RODRIGO.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Improvisar...

Llevo unos veinte minutos intentando escribir algo y no me sale nada. De normal, cuando pongo algo, es porque me ha salido de pronto, casi sin pensar.
A veces me invento cosas. Otras veces escribo cosas reales, aunque solo lo sean para mí. Y otras una especie de declaraciones que nunca llegan a buen puerto; la vida y esas cosas.

Me gusta escribir. Siempre digo que es parecido a llorar, y que todo el mundo necesita hacerlo para no morirse ahogado en este puto mundo en el que vivimos. Y si no es escribiendo; puede ser pintando o siendo escritor de canciones tristes.
No me gusta llorar; pero creo que es inevitable, y ya que creo eso, que mejor que hacerlo de forma elegante…

Recuerdo porque empecé a escribir. O al menos porque empecé a intentar hacerlo cada vez mejor. La respuesta es muy clara y tiene nombre de mujer. Y Aunque fue una época absurda llena de cartas y más cartas (casi todas de ellas estúpidas) que no sirvieron para mucho, esa respuesta con nombre de mujer me enseñó, sin querer supongo, una manera de escapar y como dije antes de llorar y no ahogarme.

Como veis todo tiene un principio para cada parte de nuestro ser. Ahora solo falta resolver el final. Porque quizá lo que ahora me salva algún día me mate…. Aunque solo es un quizá; y los quizá nunca me han caido demasiado bien.


RODRIGO.


lunes, 6 de diciembre de 2010

A vete saber donde


Está nevando. Nunca antes ha nevado por aquí, y quizá no llegue a cuajar, aunque si eso pasara, la gente y sus cámaras no darían abasto. El muchacho sale de casa tapado hasta las orejas, aunque no lleva guantes; le gusta poder cambiar de canción en el mp3 sin tardar una eternidad cada vez y parecer medio imbécil. Está nervioso y camina moviendo la cabeza para que sus pensamientos no consigan avanzar, y convencerle de que en unos minutos puede pasar de romántico en vías de extinción a loco acosador.
Llega a una esquina y son las ocho menos dos de la tarde; ella debe estar a punto de coger el autobús para ir a vete saber donde, como todos los miércoles del año. Mete la mano en el bolsillo interior de la chaqueta y sujeta un sobre arrugado con fuerza. Mientras la espera recuerda lo que anoche escribió para ella:

Ahora sé que fueron tus labios rojos. También el vestido de flores que llevabas la primera vez que te vi: cuando corrías a coger un autobús y al apartarme para esquivarte hiciste que casi me comiera una farola. Tu gritaste perdón y yo algo que prefiero no escribir, porque no colaría si te dijera que grité guapa.

Caí en la cuenta de que eras tú cuando te encontré bebiendo una noche en un garito cerca de la playa. Alguien gritó el nombre de Lucía, y tus ojos azul turquesa se giraron para encontrar una cara que no te resultó agradable. Creo que al estar ayudado por cuatro copas de ginebra podría haber hablado contigo; pero cuando te encontré en la salida llorando no pude acercarme, no miento bien, y no habría sabido consolarte, no hago muy bien ese papel…

Desde aquel día te he visto pasar. A ti y a tus maneras, a tus manos y a tu risas, a tus vestidos y a tus prisas. Y nunca me he atrevido a decirte nada. Pero una noche de chupitos y cigarros prometí que sin un día ocurría algo extraordinario sería la señal para por lo menos intentarlo.

Joder, (siento la expresión) pero desde anoche está nevando. Y creo que no podría haber mejor señal que esa. Puede que crea que los milagros vienen siempre juntos. Puede que el miércoles que viene, si te parece bien, yo también suba a ese autobús contigo, ya sabes, para ir a vete saber donde.

Alejandro.



Suena un pitido en el reloj del muchacho. Suspira y al girar la cabeza la ve llegar, juntos a sus ojos azul turquesa. El miedo le arrebata las ideas, se le contraen las manos y decide marcharse. Pero joder; está nevando.


RODRIGO.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Porque no te conozco


Debería empezar diciéndote que no te conozco. Pero que estoy harto de ver a alguien y pensar que por motivos absurdos; como la vergüenza, la distancia, u otras que no se me ocurren ahora mismo no voy a poder conocer a esa persona.

Puede que consideres que estoy algo loco. No me importa; en realidad creo que estar algo loco y hacer cosas que la gente no considera normales, en ciertas ocasiones es bueno. Simplemente, porque atreverse a sentir, a saltar (metáfora), a llorar, y a bailar en medio del mundo, no es algo que la gente considere normal. Y yo a veces consigo hacer esas cosas. Aunque lo de bailar tampoco lo hago muchas veces, tranquila.

Podría dibujarte y entregarte el dibujo a la salida de algún café, diciéndote: -perdona, se te ha caído esto- con mi nombre y mi número en la parte inferior del retrato en plan seductor de película. Pero dibujo fatal, de vergüenza; ni siquiera valdría para hacer un dibujo abstracto. Tampoco sé cantar ni tocar ningún instrumento, porque los bongos y la pandereta no valen. Además que si me pongo cerca de ti con unos bongos y una pandereta puede que eches a correr, o que me des un eurillo, y eso no quedaría nada bien, ¿a qué no?

Me decidí pues por escribirte. Aunque también he decidido que solo escribiré un comienzo. No voy a inventarme un futuro ni nada extraño, porque aunque molaría y parecería un poco misterioso, no soy adivino. Ni si quiera soy buen observador del palo Sherlock Holmes. Aunque sé hacer muchas otras cosas que puede que algún día te cuente.

Te preguntarás porque tú. Pero no lo sé… y tampoco sé porque así, de pronto, sin venir a cuento, sin verte, sin oírte. Puede que sean tus maneras, o tus labios rojos, o tu sonrisa, o cualquier cosa que desconozco pero que seguro que me gustaría.

Solo sé que no te conozco, y que quiero conocerte pues por eso, porque no te conozco.


RODRIGO.

sábado, 20 de noviembre de 2010

PERO...


Pero yo me muero de ganas de bailar contigo, de preguntártelo, e incluso de que te niegues. No estamos en navidad, ni creo que tus barreras y convicciones aprendidas estén de rebajas. No tienes pinta de ser una chica que sienta lastima de alguien que robaría rosas en todos los barrios, para adornar con un toque de sombrero y bastón solamente el tuyo.

Me apetece ganar a baile limpio. De verdad que tengo ganas; Me apetece crear un corro a nuestro alrededor, que nos miren, y que algún gilipollas se ría y nos susurre por vergüenza a ser descubierto, que nos presentemos a la próxima edición de fama: tu a funky y yo a lírico, o lo que sea, pero bien bailado, con mucha gracia, e incluso con sensualidad. Con besos bailados, y tres rombos perdidos en alguna excursión de alta montaña, pero sin congelarse, no hay que pasarse, somos algo decentes y elegantes, por ahora.

Que te apartes si me acerco, aunque suspires por apartarte. Hoy sin seriedad, sin alcohol a cambio de prudencia, quizá con el móvil en silencio. Hoy nos encantan los quizás, parecen elegantes y dentro de lugar (que es lo contrario de fuera de lugar). No queremos un piano, ni un violín, ni un millón de acordeones azules y rojos. Que lleven el paso y el compás los susurros; con calma, sin rabia, y algunos pelos de punta
QUE ME MIRES A MÍ. No a todo lo que nos juntó, nos separó, nos derrumbó, nos perdonó la vida, y nos robó el alma y el corazón. ¿Sabes? Siempre hubo demasiados ladrones.

Porque hoy me muero de ganas de bailar contigo, como si nunca antes hubiéramos bailado. Me muero de ganas de volver a conocerte, interesarte, sentirte cerca aunque estés en cualquier otra ciudad. De bailarte, marearte, molestarte e intrigarte. Quiero escribirte y contestarte; viajarte, soñarte y sorprenderte.

QUIERO DESPERTARTE, quiero leerte, asentirte y sorprenderte después. Quiero darte cientos de regalos absurdos y que tu me digas...

PERO YO ME MUERO DE GANAS DE BAILAR CONTIGO.


RODRIGO.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El caballero y la muerte


CABALLERO- ¿Quién eres tú?
MUERTE- La muerte.
CABALLERO- ¿Acaso vienes a por mí?
MUERTE- Hace ya tiempo que camino a tu lado.
CABALLERO- Eso ya lo sé.
MUERTE- ¿Estás preparado?
CABALLERO- El espíritu está pronto, pero la carne es débil.
Espera un momento.

MUERTE- Es lo que todos decís, pero yo no concedo prórrogas.
CABALLERO- Tu juegas al ajedrez, ¿verdad?
MUERTE- ¿Cómo lo sabes?
CABALLERO- Lo he visto en pinturas y lo he oído en canciones.
MUERTE- Pues sí, realmente soy un excelente jugador de ajedrez.
CABALLERO- No creo que seas tan bueno como yo.
MUERTE- ¿Para qué quieres jugar conmigo?
CABALLERO- Eso es cosa mía.
MUERTE- Por supuesto.
CABELLERO- Juguemos con una condición, si me ganas me llevarás contigo, si pierdes la partida me dejarás vivir. Las negras para ti.
MUERTE- Era lo lógico, ¿no te parece?...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El marinero que se enamoró del mar...


Hola a todos aquellos que seguís estas lineas. Me llamo Julio, y siempre he sentido la llamada del papel y el boli como método de tratar de entender o de explicar lo inexplicable, pero esto como otras muchas cosas de la vida te engancha y aquellos que un dia se enfrentaron a la verdad escrita en el papel, no entenderan batalla mejor para afrontar un sentimiento.

En esta mi primera aportación no podía empezar de otra forma que con esta poesía. Se la escribí a ella, la que hace que sea quien soy, de la que muchas veces me oireis hablar.


"Hace ya tiempo que mis dedos no dibujan una singular coreografia sobre las teclas de este teclado, pero hoy parece un buen dia, brilla el sol y suena algo de Quique Gonzalez.

Naufragué,toque fondo,de tan cerca que estaba del sol acabe ardiendo. Pero en mi caida de lo más alto del cielo, algo frenó mi caida, el Mar.

Sinceramente,es la primera vez en mi vida que no se muy bien que hice en su momento para merecer tal resplandor diario y gratuito,que esculpió desde el primero de sus destellos la mas eterna de las sonrisas.

Un verano y un amor en el Mar. El Mar, con sus infinitas razones para perderte en el, sobre el cual el cielo y la luna presentan sus credenciales a diario. El Mar, mi razon y mi más venerado destino ante cada uno de mis pasos.

Algunos saltan al vacio sin saber que hay debajo, yo me limito a escalar una escarpada roca y saltar.
¿loco? no, simplemente se que el Mar amortiguará mi caida, rodeandome de millones de burbujas.

Así que estas lineas son para declararme el Marinero más enamorado del Mar, o como algunos dicen la Mar. Yo en cambio prefiero llamarla Mar, despues de todo vivo por y para ella, y puedo permitirme tal licencia...."

martes, 9 de noviembre de 2010

Cómo puede ser tan hermosa



El tiempo pasó, e inevitablemente....

ELLA se toma el cuarto café de la mañana, mientras piensa, que con tanto café, al final dejará de dormir por las noches. Pero todo pasa tan rápido que tiene que hacer lo que sea para lograr seguir el ritmo de su nueva vida.
Calcula, sin dejar de sentirse abrumada, que en España debe haber unas ocho horas menos, y la gente duerme... o debería hacerlo.
La maquillan a toda prisa y la visten de manera muy elegante, se atreve a pensar por un momento en que está guapísima.
Una voz en Inglés la saca de sus pensamientos:
  • ¿Estás lista?; recuerda que ahora es cuando Johnny te vé bajar por la escalera y queda realmente fascinado. Tienes que poner cara de sorpresa; como si jamás se te hubiera ocurrido que tu pudieras ser la mujer más guapa del mundo. Porque para él, nada más verte, lo serás, ¿vale?.

ELLA solo es capaz de asentir con la cabeza. Es su primera película en Estados Unidos; su gran oportunidad, su nueva vida en Hollywood.

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ÉL, intenta repasar sus papeles. Siempre llega tarde a las entrevistas. Las odia en realidad, pero de vez en cuando le mandan alguna en el periódico. Ni siquiera sabe a quién demonios tiene que entrevistar. Recuerda que le han dicho algo sobre una actriz española que presenta una película en Madrid. Una chica que comienza a sonar como una estrella internacional.
Seguro que es una como otra cualquiera -piensa ÉL- . Será su última entrevista, y puede que su último trabajo para el periódico. Ha comenzado a escribir un libro, ya lleva unas cien páginas, y su editor le ha comunicado que por ahora, tienen muy buena pinta.
Sigue rebuscando en sus papeles pero nada, no encuentra nada más sobre aquella chica; al menos recuerda en que hotel es la entrevista.
Llega un cuarto de hora tarde, e intenta buscar dónde tiene que recoger su acreditación.
De pronto se hace el silencio: ÉL se da la vuelta, y la ve aparecer junto a su vestido azul por las escaleras. Y una vez más piensa e incluso dice en voz baja... Cómo puede ser tan hermosa...

El tiempo pasó, e inevitablemente...

RODRIGO.


jueves, 4 de noviembre de 2010

El peligro...

Y EL AIRE EXPLOTA Y AMARGA, EN EL PECHO, POR LA MUJER QUE SE VA...

martes, 26 de octubre de 2010

CÓMO SE PUEDE SER TAN NECIO


Cuando todo parece que funciona. Aparece el veneno de las palabras, la envidia que al final te hace gritar hasta quedarte sin aire, la tolerancia; que baja más rápido que la temperatura en invierno.

Si opinas te matan. No hace falta sangre para ajustar cuentas. Y me comentan que el corazón se asemeja a cualquier gárgola: de piedra maciza, contra tormentas, siglos, silencios, carcajadas.

Hoy no salvan los sueños, ni las palabras hermosas, ni la buena música. Ni siquiera ellos, ni ella, ni el futuro, quizá solo sepa refugiarme en el pasado.

Y A TODOS OS DIGO, OS GRITO: PERO, CÓMO SE PUEDE SER TAN NECIO.

jueves, 21 de octubre de 2010

La vida da muchas vueltas


  • ¿Sabes?... Hubo una época en la que creía en cualquier cosa bonita. Me gustaban las casualidades, los detalles, las miradas, y todo lo relacionado con ella, supongo.
  • Con ella ¿Te refieres a la magia? ¿o a alguien en particular?
  • En realidad a las dos cosas... cuando dos cosas aparecen juntas tan de repente, para mi es imposible separarlas. Y quizá por eso siempre sigue en mi cabeza, sin esa parte de mi vida no sería quién soy... no sé porque me da por valorar mucho esas cosas.
  • Y te jode, ¿verdad? Se te nota.

Suena una guitarra: vuelan canciones y poetas de esos que ya no nacerán. Se cuela un anuncio y una chica de ojos verdes. No hay mucha luz, aunque están pintando unos dibujos que no logro descifrar en la pared; creo que antes había grafitis.
Falta un minuto para los 20.45. Mi tercera cerveza está fría, así da gusto brindar con cualquiera de los que en pocos minutos van a aparecer sentados a mi alrededor. Cada uno con su guerra, sus heridas, sus victorias, sus derrotas.
Aún quedan demasiadas batallas por lidiar, demasiadas victorias que saborear.

  • Me jode... sí, la verdad es que sí. Pero si todo ocurrió para tener momentos como este; ha valido la pena, sí que ha valido la pena...
Me siguen gustando las cosas bonitas. Habrá que seguir atentos: la vida da muchas vueltas, ¿no?.

Ro.

domingo, 17 de octubre de 2010

LUCÍA Y ESAS COSAS

A LUCÍA:

Cuando Lucía apareció, todas las horas de mi vida se pusieron de acuerdo para que ella fuera un recuerdo que nunca olvidar.

Había una vez en un pueblo llamado Chulilla, una chica que movía los hielos de los cubatas de ron con gracia y soltura, ejercía de revolucionaria que en vez de balas disparaba con abrazos, y soñaba con trabajar como futura relaciones de Pachá.
Por otro lado, y en otro lugar del mundo, existía un muchacho que se creía un poco importante, aún no lo era, pero todos sabemos que era un presumido con un pelo excepcional. Era un muchacho acostumbrado a no caerse, y si se caía no le costaba levantarse. Jugaba con sonrisas, y no le importaban demasiadas cosas mientras supiera dormir con tranquilidad por las noches.

La muchacha se llamaba Lucía y me salvó. Ella no lo sabe, y espero que nunca se entere.
Siempre la pongo como ejemplo cuando hablo de brujas buenas y chicas bonitas. Siempre explico que es la única persona que conozco que sabe perdonar de verdad, sin cuchillos. A veces se ponía triste cuando algunos no la comprendían, pero sin saberlo me alegraba con mensajes hermosos y mágicos. Se caía y se levantaba, y sobre todo ella siempre estaba.
Me contaba la verdad y me aconsejaba. En los buenos momentos, y sobre todo en los malos, cuando nadie sabe ni quiere ayudarte a volver a volar. Y aunque volviera a decirle que no haría una cosa y después la hacía ella lo comprendía; sin orgullo, sin rabia. Incluso cuando ella se merecía algo y lo recibía otra persona que no había hecho ni un mínimo esfuerzo para merecerlo.
Y algo que admiraba: solo ella sabía ver cosas que los demás no sabemos, sabía ver los corazones de las personas...

Había una vez una futuro abogado que defenderá al mundo de la tiranía y la corrupción. Un gato que miraba con hambre una pecera repleta de peces. Una partida de cartas rodeados de un palacio que fabricaba música. Y una brújula dorada que controlaba nuestras pulsaciones mientras desaparecían palomitas de maíz.

Erase una vez una amistad que bailaba cómo una marea, una que siempre vuelve a la orilla del mar.
Erase otra vez una amistad, que cueste lo que cueste, también será.
Erase por última vez; el beso más grande del mundo y el felicidades más grande del universo.

Cuando Lucía apareció, todas las horas de mi vida se pusieron de acuerdo para que ella fuera un recuerdo que nunca olvidar.

Ro.

martes, 12 de octubre de 2010

Cosas


" Cuando una cosa ocurre una vez, puede que vuelva a suceder ; en otro momento, o en otro lugar. Pero, cuando una cosa pasa dos veces, nunca más se volverá a repetir".

Esta historia no termina bien. Ya estáis avisados, y acepto todo tipo de reclamaciones al respecto. Pero al menos, yo nunca le he dado permiso a ese final para que se convierta en definitivo. Me explico mientras retrocedo en el tiempo, en el sueño y en las promesas que hacen las niñas enamoradas:

Algunos días ella se levantaba al alba para escribir. Otros, simplemente se volvía loca por el protagonista de alguna obra de arte llorada por un genio. En general, tenía muy en cuenta los detalles; los saludos con la cabeza, las miradas cómplices, los besos en la mano.

Él, ni tocaba la guitarra, ni cantaba bonitas canciones, ni era conocido por el mundo de los vips y los flyers. Tampoco le quedaba bien el sombrero, aunque aprendió a inclinarlo con gracia mientras decía - señores, señorita...-. A veces componía algún soneto digno de su sonrisa. A veces... a veces, cuando crees que eres el mejor nadador del mundo terminas por ahogarte.

Pasaron los siglos, las guerras, los corazones rotos... y ninguno de los dos murió. Quizá sus cuerpos, pero nunca sus almas.

Hoy, hay un muchacho que se dedica a perderse y a no encontrarse continuamente, si pagaran por eso, sería millonario.
Está sentado en un parque custodiado por muchos bancos de todos los colores, y el mundo a su alrededor sigue girando sin tenerle demasiado en cuenta.
Hoy, ella ya no se fija en los detalles. Ya se dedicó a ello una vez, y no salió bien... Pero quizá siempre estuvieron destinados a encontrarse, pero solo es un quizá.

" Cuando una cosa ocurre una vez, puede que vuelva a suceder ; en otro momento, o en otro lugar. Pero, cuando una cosa pasa dos veces, nunca más se volverá a repetir"

El muchacho reflexiona. No está escribiendo, tampoco sabe componer ni pintar. Ella le mira con curiosidad: el muchacho está sentado en el banco dónde curiosamente ella siempre se sienta a reflexionar.

Curiosamente...


RODRIGO.

jueves, 7 de octubre de 2010

Hablar...


  • Cuéntame lo que pasó... - insiste una vez más el señor con gafas y el pelo sin peinar-
  • No me gusta hablar de eso -contesta el muchacho con algunas canas en el pelo-
Hoy es la primera vez que el muchacho abre la boca y dice algo coherente en trece días. Es uno de esos días en los que amenaza con descargar lluvia. Aunque por aquí, las amenazas no se suelen hacer realidad, para que no nos acostumbremos a la lógica, supongo. El señor con gafas no se va a dejar intimidar esta vez por las respuestas vagas del muchacho. Saca su libreta y la abre por la página trece; hoy es el décimo tercer día que se reunen, siempre en la misma habitación, siempre uno en frente del otro.
El aire huele a tabaco, aunque hace mucho tiempo que nadie fuma aquí dentro. Pero es como si el pasado, el futuro y el presente no tuvieran cabida en estas cuatro paredes. Se siente el dolor; el suelo está mojado por miles y miles de lágrimas; antiguas, recientes, y algunas que aún faltan por derramar. Solo hay una ventana; es vieja y siempre parece sucia, no parece que se pueda romper con el puño...
  • Cuéntamelo -insiste otra vez el señor con gafas y el pelo despeinado-
  • Bueno... está bien - contesta el muchacho- aunque usted, al igual que todos los demás, creerá que estoy loco.
  • Eso nunca lo sabrás si no me lo cuentas.
El muchacho suspira. Cierra los ojos, y luchando por no llorar comienza a hablar:
  • La primera vez que la vi me pareció muy hermosa...
Rodrigo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El grito...

Cuando sonó aquel grito Irene estaba mirando la lavadora. Marcos, ensayaba frente al espejo su declaración semanal de cobardía, su cuarto comienzo en trece minutos.
El reloj de la pared de Noelia, se quedaba sin pilas una vez más; gastaba más que un Rodrigo borracho en Casiano. Aún así, había decidido que lo iba a cambiar por un cuadro que acababa de pintar. Desde que había conocido a Matías, se había aficionado a la pintura, no se le daba tan mal como pensaba.
En el piso de abajo. Lucas componía una canción para Carmela. Pero siempre sonaba demasiado cursi, le tendría que pedir consejo a Quique; un mago de las palabras escritas.
Pared con pared, Ismael no podía dormir la siesta porque una guitarra mal tocada le removía el alma y saludaba a su resaca; La noche anterior, se había encontrado con Sandra después de mucho tiempo, causandole un ataque agudo de melancolía. Y también con Anabél, aunque ella no le causaba el mismo efecto de desesperación. Excepto con Sandra, eso solo le sucedía con Azucena, y sus ojos de color miel.
En el banco amarillo de un parque, Susana rompía con el cabrón de Ignacio. La había engañado con Macarena. Y quizá también con Raquel, de eso no estaba segura, por ahora.
Dos bancos más allá, Agustín apuraba una botella de vino. Y se acordaba una vez más de su primer amor ya tan lejano... de color Rosa, como el nombre de su amada.
A Marta, se le rompía una cuerda mientras guardaba su corazón en un envase metálico. Malditos versos cuando una solo sabe pensar en besos.
Teresa, mientras, volaba por el río sin entender de saludos. Alfonso, escribía versos en una habitación de cristal blindando, todos los folios temblaban al contacto de su pluma. Pablo, en cambio, decoraba paredes, cartones, lienzos, manos y corazones grises.

Y yo, simplemente buscaba mi camino, mientras leía una y otra vez una frase de una película que adoro:

Para tu padre había dos mujeres en el mundo. Una de ellas era tu madre. La otra eran el resto.

RODRIGO.

martes, 28 de septiembre de 2010

Como podéis observar hemos decidido volar por separado.

Ahora más que nunca es el momento de aprender, escribir, volar, leer, compartir y vivir.

Las palabras nuestras tienen un claro significado: Toda nuestra vida es un camino. A veces uno aparece allí desde un principio y lo sigue sin dificultad, llegando incluso a guiar a los más despistados. Otros, no tenemos esa suerte, o mala suerte, según se vea.
Aquí hablamos los despistados: los que buscamos un guia, un atajo, una forma... una señal hacía nuestro camino.

Buena suerte fon. Y no desaparezcas.


RODRIGO.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Lo que tanto anhelo

Las barcas y los recuerdos; la estupidez de mis años desperdiciados, como si no fueran años, ni recuerdos.

Las costumbres y mis camisetas de colores; el autobús rojo que a veces creo ver pasar, llevando a bordo a un marinero cansado y a una princesa salida de algún cuento que aún falta por escribir, uno muy hermoso.

Los libros y las historias que escribo o no escribo; la misma imagen, el mismo recurso, el mismo odio fluyendo por mis venas. La playa con luna y las botellas viajando a través de los continentes, sobreviviendo a guerras y a corazones rotos.

Las decisiones y la cobardía; el mismo encuentro que jamás sucederá, la misma reacción que solo mi imaginación podría inventar.

Las noches y la muerte; Mis amantes, mis confidentes, tu forma de caminar, tus maneras, tu otoño, todas tus calles.

El olvido y la felicidad; LO QUE TANTO ANHELO ALCANZAR.



RODRIGO.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Me cago en la puta y otros tacos.


Ya no llovía y yo no sabía apagar los limpia parabrisas. Una mirada de reojo y un murmullo de desaprobación cortaron el aire como si se tratara de un cuchillo atravesando un folio muy fino. Aquel fue un comienzo cómo cualquier otro.

Mi vida era una cuenta atrás, un cumulo de mentiras, y un sueño que tarde o temprano se iba a convertir en una pesadilla. Yo lo sabía aunque me hacía el despistado ahogando a todas mis ideas y remordimientos en cubos de alcohol e invenciones. Casi nadie más lo sabía, creo que al menos nadie al que yo conociera, quizá algún socio de la soledad de esos que sabe ver en las tinieblas.

Vicente finalmente me susurró: “ Todo lo que ocurre ya está determinado, cualquier cosa, sea cuando sea y cómo sea”. ¿Me estás diciendo -pregunté yo- que si por ejemplo yo ahora decido que nos estampemos con el coche, o si yo engaño a mi mujer después de diez años de matrimonio, o si sé que estoy cometiendo un error y aún así lo sigo cometiendo, es algo que yo no puedo escoger?
Bueno -respondió Vicente- Siempre podrás escoger, pero esa elección que harás ya estará determinada antes de que la hagas. Y si al día siguiente cambias de opinión, ese cambio de opinión ya estará previsto por el destino, por supuesto.

Fácil salida a la tristeza y el desasosiego ¿no creéis?. Puede que haya hecho tantas cosas mal sin sentido aparente, para aprender muchas otras buenas y bonitas.
Yo tengo miedo, mucho miedo. Me da miedo el tiempo, los horarios, mi futuro sobretodo, ¿de que color será? ¿alguien ya lo sabe?

Estoy a punto de embarcarme en una gran aventura. Es una manera de salvar muchas cosas, quizá la única manera que se me ha ocurrido. Pese a todo quizá es la única manera que existe de salvarme a mi mismo. Y de que todo lo que he hecho, no he hecho, he contado, o dejado de contar, sea la marea que me tiene que arrastrar hasta allí; dónde todo puede volver a comenzar. 


Rodrigo. (o eso creo...)

sábado, 11 de septiembre de 2010

hay una puerta en cada cosa que dices...


Hacer la maleta y huir lejos, muy lejos.

¿Estás de verdad perdido, o te lo inventas para no responder ante los demás?

¿Cobardía o una sabia decisión?

Hacer la maleta y huir lejos, muy lejos.





Hay una puerta en cada cosa que dices... a veces, cuando parece sencillo, te sientes tan cerca que el miedo no te deja entrar.


RODRIGO.

viernes, 27 de agosto de 2010

¿el señor torturado?

Él se prepara de puta madre (no se expresarlo de otra forma). Camiseta verde ¿escogida al azar del fondo del armario?, bermudas vages que llegan a taparle las rodillas, menorquinas algo sucias y usadas, y pulseras regaladas. ¿El pelo? pues como ha querido don estropajo al levantarse, ahí no puede ni quiere entrar en la lucha porque sabe que siempre va a perderla. Aún así si puede decidir que su barba tendrá tres días y medio.

Llega al bar de moda con cinco minutos de antelación. Con el rabillo del ojo la ve entrar, radiante, luminosa. ÉL muchacho sonríe y se sienta el taburete más alejado, enciende un cigarro y llama la atención del camarero. Él es el más torturado de los poetas y Noelia que ya le ha visto se acerca.

  • No me gusta la gente triste – dice ella- así que deja a un lado el rollito de tipo solitario en la barra del bar, mientras todos los demás cantan y saltan con los típicos niñatos que dan un concierto.
  • Yo no soy triste, ni voy de nada -responde claramente ofendido el muchacho- Solo que disfruto más con ciertas cosas que con otras. Ya sabes que el modelo multitud no me mola nada.
  • Pues no vengas a estos sitios, ni hagas este tipo de cosas y punto , ¿no?. Digo yo... Mirame a mi, ¿me estás mirando?.
  • No puedo parar de hacerlo -contesta con media sonrisa él-
  • ¿Te parezco bonita?
  • Pues hasta ahora si. Ahora no estoy tan seguro. Creo que eres un poco malvada.
  • ¿Ves? Te parezco bonita... y no tengo que fingir nada para parecerlo, ¿entiendes?
  • Creo que si... -dice él-
  • Pues ¿a que esperas?, invitame a un par de chupitos, ¿o es que el señor torturado solo bebe whisky mezclado con lágrimas?.
RODRIGO

viernes, 30 de julio de 2010

La bruja de los sueños...

AQUÍ.

Yo te escribiré una historia hermosa. Me inspiraré en una canción que lleve un piano tatuado a fuego en el fondo de su melodía. No haré nada más que pensar en ti, y escribir historias con dos protagonistas bajo tu balcón; ese balcón que deberías visitar más a menudo para arrojar palabras escritas en aviones de papel, aprovechando las corrientes de aire que persiguen a las actrices con faldas antiguas bordadas a mano.

Que si. Que estoy seguro de lo que es estar seguro. De verdad que me gustan los bancos y los mapas, e incluso los marineros de ojos tristes, los barcos, y la fragilidad de la luna dibujada sobre la playa. Ser romántico a veces es ser previsible: no me importa, te lo juro, supongo que en eso consiste ser romántico. Yo lo hago porque me lo pide toda la sangre de mi cuerpo, porque es la única manera que conozco de dormir tranquilo y que no me despierten mis propios latidos. Y la lluvia hace los días más bonitos. ¿quien prefiere bailar sin lluvia?, ¿quién prefiere un recuerdo sin lluvia?. Va en serio, inlcuso de verdad: Jamás te olvidaré, no era un capricho, no era una mentira. Bruja de los sueños... simplemente era yo.

ALLÍ.

Te asalta el viento colándose por tu vestido blanco antiguo bordado a mano. La foto que te han hecho es muy bonita.
Tus sueños ya no viven en una caja redonda de plástico. Ni creo que el chico que bebe en la barra del bar tenga alguna oportunidad. No siempre el poeta más torturado es el que más sabe fingir, solo casi siempre, tristemente.
Al menos tus ojos no tienen ningún derecho a perder su brillo, deberías estar tranquila, aún tienes pinta de saber demoler aceras. O eso creo.

La vida da muchas vueltas ¿No crees señorita envenenadora?. Sonará esa canción, o quizá una rima escondida, o una radio, o las palabras bruja y sueños en la misma frase, o un grito...que se yo. Quizá te hable un gnomo de jardín con pinta de enfadado. Pero al final, que será solamente un principio, te darás cuenta de que todas tus mentiras eran verdad y de que todas tus verdades eran simplemente hechos (odio los hechos).

AQUÍ.

Estoy seguro. Pero cabe la posibilidad de que una vez más me equivoque.

ALLÍ.

Estás segura de que eso no sucederá jamás. Pero cabe la posibilidad de que una vez más te equivoques.


RODRIGO.

lunes, 19 de julio de 2010

Todo depende...

No podía olvidarla, o eso creía. No sabía, y sin razones ni ilusiones intentaba hacer un camino nuevo.

Ayer me di cuenta...

Todo depende de unos ojos. Y esos ojos no son mios.



RODRIGO.

miércoles, 14 de julio de 2010

Divendres



  • Si te duermes te doy un puñetazo a la altura del esternón – dice el de la izquierda-
  • No dormía, odio dormir, solo descansaba la vista, parece mentira... -responde el que está en medio-
Hay tres personas más. Una a la derecha como habréis adivinado. Uno conduciendo, y uno más, “el copiloto” jugando a inventarse radares.

El humo del hachís vuela haciendo aros un rato por el ambiente hasta desaparecer por una ventana entreabierta. Así comienzan muchos viajes entre tres conocidos y dos desconocidos, o dos conocidos y tres desconocidos, o cinco desconocidos que se creen conocer, o cinco desconocidos que no sabían que se conocían. Las horas no importan, ni las carreteras, ni los recuerdos que no sabes olvidar. Solo el destino: SAN FERMINES.

Yo no me compro el puto uniforme por diez euros y tengo que perderme, acojonarme, reírme, y hacerme daño en la espalda, para conseguir cuatro pañuelos cuando solo quiero uno...es lo que tiene el....

Que brindo porque me sale de los cojones. Y me como un bocadillo de salchichas y ceno un sándwich de algo que parece atún (me sentará muy mal, ya lo verás). Que vuelvo a brindar porque he visto pasar dos ángeles en menos de tres minutos. Que vuelvo a brindar porque mis desconocidos o conocidos han dicho algo gracioso. Que vuelvo a brindar porque no me saben escuchar y miento genial. Que brindo porque me sale de los cojones.

Como se va a enamorar de mí si solo tengo cinco sentidos para utilizar. Y ella se percibe con nueve, por lo menos.

Una espera absurda. Una cabeza corriendo. Una tienda de campaña abierta por arte de magia. Un viernes menos.

MAÑANA SABADO.



RODRIGO.



miércoles, 30 de junio de 2010

A ti, que alguna vez has estado.


Yo siempre sigo aquí y tú no sé si cambias de forma, de color de ojos, de sonrisa, o de forma de pensar. No sé si ahora estás de vacaciones o si volver a visitarme son tus verdaderas vacaciones.
Me atrevo a pensar que de alguna manera siempre estás.

Desde que robaba cuadros y viajaba en sueños muy bien acompañado por todo el mundo. Desde los comentarios firmados +++, o eran ***, no lo recuerdo. Aunque sé que siempre lo echo de menos, con la nostalgia que siempre acompaña a mi recuerdo. Tengo una memoria muy estúpida. Como cuando apareció calabaza y me hizo dudar.

Las muchas cartas que mandé y tu leíste con gusto o sin él. Recuerdo las palabras como balas, y todas las balas con forma de palabras, palabras que no se quieren escuchar.
El muchacho que conversaba con las estrellas. Los caminos poco transitados asaltados por terribles sujetos. Los continuará... que nunca continuaron. Las cartas cargadas de odio. Los bancos, la soledad, la realidad, las playas, los violines malditos, LOS OTOÑOS.

Sé que alguna vez sonreíste; otras te aburriste, te decepcionaste, lloraste, maldejiste, o me llamaste subnormal. Quizá me comentaste algo, quizá nunca lo hiciste, quizá lo hagas algún día.
Yo siempre sigo aquí y tú no sé si cambias de forma, de color de ojos, de sonrisa, o de forma de pensar.

Gracias por seguirme en alguna etapa; Llamada blog, fotolog, email, messenger, carta, folio garabateado, avión de papel. Gracias por aprenderme un poco y escuchar cada uno de mis lamentos.
Gracias por enseñarme a escribir.

Rodrigo.

martes, 22 de junio de 2010

Hoy

Hoy soñé con ella.



Me encantaría decir que no la conozco. Que es un rostro que anhelo encontrar algún día ,y al hacerlo, regalar una vida y crear unos recuerdos nuevos y dignos de una gran historia.



Pero ya he mentido demasiadas veces.


domingo, 20 de junio de 2010

El mundo giraba a mi compás. Y todos conmigo.


El recuerdo se acomodó una vez más en aquel rincón del corazón que el olvido nunca se acordaba de limpiar.

Los días intercalaban lluvia con sol, nubes con gaviotas, rayos con canciones silenciosas, futuros sin repuestas.

La conciencia sufría un accidente y quedaba momentáneamente amnésica. Aprovechando así la locura o cordura (según cada cual) para escapar por una ventana poco vigilada por la señorita prudencia.

Un teléfono oxidado que siempre estaba solicitado por fin recibía la llamada que sin saberlo llevaba toda una vida esperando. Al descolgar sonaba una voz sin tintes de rencor, ni egoísmo, ni venganza, ni mentiras, ni tormentas en los ojos, ni versos robados.

La música ya lograba calmarle.

A la niña bonita dejaba de funcionarle el escudo y se asomaba al balcón a recibir palabras traídas por el viento desde el otro lado de un río.

El mundo giraba a mi compás. Y todos conmigo.



RODRIGO

jueves, 10 de junio de 2010

¿Y qué pasa con los vagabundos y los borrachines y los soñadores?


  • No sabría explicarlo – comenta Luis – pero joder, esto es muy familiar, ¿no te parece?
  • A mi me recuerda a los partidos del cole donde jugábamos cuatro o cinco clases juntas en el mismo campo -replica Marcos- ¿te acuerdas? aunque hubiera mucho ruido al final te enterabas de todo, mas o menos. Me asombra que pudiéramos ver entre tantas piernas y tantos balones. Hubiéramos sidos unos jedis de puta madre.
  • Rumanía al final no va al mundial – dice María desde la barra- los jugadores son mayores y uno está sancionado por meterse coca. Además; ¿el entrenador del Valencia se va al Barcelona no?. Yo ahora si soy del Valencia, pero antes no.
María da una vuelta de ciento ochenta grados y se va a atender a otros clientes.
  • ¿De que cojones habla esta mujer? -pregunta Marcos-
  • Pues de fútbol -responde Luis- Y colega... no seas celoso que ya sé que te gustaría saber todo lo que sabe ella. Y eso no te conviene. Ser sabio es muy agotador...
Marcos no va a contestar a semejante tontería. Saca el móvil del bolsillo y después de no comprender porque no le llegan más mensajes se levanta, va al baño y a la vuelta se acerca a la barra.
  • María preciosa. Dame tres quintos, pero que sean mahou anda.
  • Tienes una sonrisa muy bonita -responde María- pero solo queda cruzcampo.
  • Gracias... -contesta sorprendido Marcos- uso colgate. Tu tienes un pelo muy rubio. Te queda de lujo. Es muy parecido a los pelos que pintaba Van gogh en sus cuadros.
Marcos regresa a su mesa junto a Luis con las cervezas en la mano. Se abre la puerta del bar y entra Mario con una gorro de paja rosa, oliendo a alcohol y rodeado de humo. Mete la mano en el bolsillo y saca varias monedas de un euro.
  • Hoy invito yo -dice Mario-
  • Vaya, que bien. Aunque solo hay cruzcampo -aclara Marcos- y ya sabes que sabe a fuego.
  • No me jodas -comenta Luis- ¿de verdad no hay mahou? ¿hemos de beber fuego?
  • ¡Pues que sea fuego! -grita Mario-
  • ¡Que sea fuego!-gritan también Luis y Marcos-
  • ¿Donde hay fuego? -pregunta asustada María desde la barra-
Rodrigo.

lunes, 7 de junio de 2010

Carmen y el payaso pijo: Aventuras de un muchacho

Han pasado siete días sin noticias de Carmen y el muchacho sigue soñando con volar. Mientras garabatea frases sin sentido en su libreta de anotaciones; unos golpes de tacones altos, larga melena negra, y labios pintados, suenan en el piso de abajo. Un recuerdo y una conversación asaltan la mente del muchacho, de aquel día que quiso limpiar el cielo con un mocho viejo y asqueroso. Por eso decide coger cinco eurazos e irse de casa. Que se queden con los malos momentos las malas personas.
Sale de casa y cuando cierra la puerta se da cuenta de que se ha dejado las llaves dentro. Tampoco es el fin del mundo, piensa. E intentando silbar, porque no sabe silbar muy bien, baja en el ascensor, sale del portal y gira en la primera esquina hacía la izquierda.

- Dame todo lo que lleves encima chaval.

Nada mas girar se ha topado de frente con un tipo vestido de payaso. Tiene pinta de payaso pijo, es decir: Lleva peluca roja, la cara pintada de blanco, una camisa rosa, unos pantalones anchos y verdes, unas sandalias de esas con cosas brillantes que acaban en punta, y por supuesto, una navaja grande y muy afilada último modelo.

- Vas de coña, ¿no? -dice el muchacho-

- ¿Por que voy a ir de coña?, anda callate y dame todo lo que tienes, rápido - insiste el payaso pijo -
- Colega...- contesta el muchacho con cara de ser el ser humano más inteligente del planeta- pues porque vas vestido de payaso.Para robar tienes que ir de ladrón o dar miedo, ¿entiendes?... no te pienso dar nada. No te lo has currado ni un poco, así que no te lo mereces.

Pero el payaso pijo y su navaja no están de acuerdo. En un minuto trágico el payaso coloca la punta de la navaja en el cuello del muchacho. En ese momento el muchacho recuerda todas las horas que ha perdido viendo pelis de kárate y kung-fu por la tele. Se da cuenta de que su madre tenía razón cuando le contradecía diciéndole que por mucho que las viera no sabría pelear cuando llegara el momento. Así que rendido se mete la mano en el bolsillo y le da sus cinco eurazos al payaso.

- ¿Ya está? -pregunta el payaso pijo-

- ¿Como que ya está? -responde indignado el muchacho- Es mucho dinero. Si sabes invertirlo bien puedes hacerte rico.

- Tienes que tener algo más. Te voy a registrar.

- Bueno... pero sin abusar, y cuando termines, ¿Me darás un globo por lo menos? -pregunta el muchacho-

Pero no. Nunca os fieis de un payaso chalado. Porque después de ser registrado, robado y ultrajado. El muchacho se ha quedado solo, sin dinero, sin llaves, y lo más duro de todo. Se ha quedado sin globo.


RODRIGO.

domingo, 30 de mayo de 2010

Aquí.



Miro el café con leche muy concentrado con la pequeña ilusión de verme allí reflejado. Me gustaría saber si mi aspecto ha cambiado, aunque no lo creo. Serán mentira todas las historias que dicen que el dolor o el miedo son capaces de cambiar el aspecto de las personas. Otra mentira más, como casi todo lo que hemos aprendido en nuestra vida al fin y al cabo.


Me largo porque ya no puedo más. Ya no puedo dormir ni caminar, noto como un puño apretándome constantemente en el pecho, a todas horas, y vaya donde vaya. Ni siquiera puedo reír sin sentirme culpable por hacerlo, ¿y qué es de una vida sin risa?, para mi no es nada, no es una vida.
No puedo respirar de cosas que no pasaran nunca. Ya no puedo seguir ocultando la rabia que me arde por dentro, ni apagarla con una excusa o una canción.

Me termino el café y pago la cuenta en la barra del bar. Hay mucho movimiento de pasajeros que acaban de llegar, o están a punto de marcharse que se toman algún café para espabilarse. Son las ocho y media de la mañana y muchos trenes escupen o recogen pasajeros preparándolos para un nuevo día.

Yo por fin he logrado vaciar mi cabeza y a cambio llenar una maleta. Y por si fuera poco, he decidido también matar a todos mis recuerdos. Me asombra lo fácil que resulta enterrar a los malos y ensalzar a los buenos, y eso no me parece justo ni me sucederá nunca más. Paso de los sueños y de las circunstancias que busco constantemente para que parezcan casualidades. Siempre me dieron mucho más daño que remedio, que se hundan, los condeno al olvido que es el peor castigo que existe.

Todo comenzó aquí, alrededor de esta estación, alrededor de esta ciudad. Aquí no supe hacer las cosas bien. Aquí fue dónde desde el principio el destino me fue empujando lenta e irremediablemente hacía este desenlace...


RODRIGO.

martes, 18 de mayo de 2010

El camino menos transitado...

Esta pequeña historia comienza con dos personajes sentados en un banco pintado de rojo, delante de un camino poco transitado. Detrás de ellos, situado entre dos árboles, se observa un cable negro repleto de zapatos colgando, sí, como en Big Fish. Además, Si nos da por coger una cámara de vídeo y hacer un plano general podremos ver a lo lejos un libro abierto. ¿El autor? Un poeta llamado Robert frost. ¿la página? La 168. ¿Qué se lee? Una frase. ¿Qué frase? Un bosque divergía en dos caminos, y yo escogí el menos transitado...

Continuemos pues con nuestros dos personajes:

Uno lleva camiseta verde, bermudas marrones, pulsera contenta en la muñeca izquierda, y menorquinas con un año y medio de antigüedad. Está comiendo uvas rojas con sabor a fresa mientras tararea un poema de Bécquer convertido en rap. Sonríe y le dice cosas bonitas al mundo.

El otro lleva camiseta gris, pantalones vaqueros con ralla, pulsera triste en la muñeca derecha, y unos zapatos marrones que alguien le regaló. No está comiendo nada porque nunca tiene hambre. Sus boca señala hacía abajo y solo habla consigo mismo sobre cosas inventadas.

Uno está convencido de que acertó al escoger aquel camino y se siente enormemente orgulloso. El otro no sabe si escogió correctamente o tomó el camino que para él era el menos complicado, un escudo ante su cobardía, una excusa ante la dificultad de pelear contra este mundo roto que se cae lentamente a pedazos.

¿Cuál de esos personajes soy yo? , ¿Cuál de esos personajes eres tu?, ¿Cuál es tu camino?.


RODRIGO.

lunes, 10 de mayo de 2010

Siempre te encuentra...

He llegado a considerar que todo estaba en mi cabeza y que yo veía algo que no existía. Pero no estoy tan loco... Noto como la gente me mira con compasión y escucho aunque todo esté en silencio lo triste que puede ser el destino de las personas. Por eso se que todo es real, y que tengo que vivir con ello.

Lo que más miedo me da es no verla envejecer... Yo me iré marchitando poco a poco y ella siempre se mantendrá igual. Tengo miedo de que eso acabe por matarlo todo.
La imagino bailando con una cinta amarilla en el pelo, gritando y sonriendo. La noto a mi lado muchas noches mientras duermo y me rompo un poco al despertar y ver que no está, que ya nunca estará. Nunca dejéis de lado a alguien que de verdad os importa. Porque cuando de verdad se va, nunca volverá. Y puede que seas capaz de crear millones de armaduras con forma de excusas que protejan tu corazón. Pero un día el dolor llegará, lento, negro, puro, sin rabia.

El dolor siempre te encuentra.

RODRIGO.

lunes, 3 de mayo de 2010

El pintor y su cuadro...



Supongo que no se lo merecía y yo no tenía ningún derecho a aprender a pintarla.

Ya no hablaba ni sonreía. Casi todo el mundo cree que fue consecuencia de sus malos actos, de sus engaños, de sus promesas no cumplidas. Yo no estoy tan seguro.

Era hermosa, luminosa, y sus pasos demolían las aceras. Ahora es preciosa, pálida, y sus pasos vuelan con las hojas.

No es tan fácil ser hermosa. No es tan fácil romper corazones sin pagar un precio muy alto por ello.


RODRIGO.

lunes, 26 de abril de 2010

The Nature of Daylight

"Perdiendo el tiempo"

Perdiendo tiempo en la esquina
Hay una chica filipina
No tiene sueños, ni dueño, ni sueldo
Acaba de llegar desde manila

Perdiendo un tiempo divino
Todo le parece natural y extraño
Será la oveja perdida
Hoy va a dormir en un caño vacío

Perdiendo el tiempo desde hace rato
Los muchachos toman cerveza
Hablan idioma extranjero
Y tienen muy poco dinero

Será difícil, será muy raro
Si no terminan en el paro
Serán ovejas perdidas
Vivir les va a salir muy caro

Perdiendo el tiempo
El poco tiempo que queda
Buscando un corazón blando
O algún lugar adonde ir

Perdiendo el tiempo
El poco tiempo que queda
El mundo es un sitio inmundo
Para vivir...para vivir

Perdiendo el tiempo deprisa
Los chicos toman agua en el baño
Y bailan música fea
300 días del año

Tienen mucho tiempo y muy poco futuro
A pesar de comprarse un coche
Para llegar al futuro
Con la resaca de anoche

Perdiendo un tiempo divino
Con el vicio clandestino
Viviendo como los gatos
Para pasar mejor el rato

Tengo mucho viento
Pero no tengo rumbo
Todo me parece pasajero y plano
Recolectando canciones
Para pasar mejor el rato

Perdiendo el tiempo
El poco tiempo que queda
Buscando un corazón blando
O algún lugar adonde ir

Perdiendo el tiempo
El poco tiempo que queda
El mundo es un sitio inmundo
Para vivir...para vivir

lunes, 19 de abril de 2010

el desastre...


Yo me encontraba tumbado en la cama intentando dormir saboreando LAS PALABRAS NUESTRAS que sobrevuelan susurrando por el cielo de mi mundo, cuando comenzó lo que se denominó como el desastre.

Dicen los supuestos expertos que fue culpa de un satélite que se estropeó mientras hacía fotos maravillosas en marte. La versión de la nasa dice que el satelite se encontraba haciendo fotos de un lugar donde una vez había habido agua, vida, lugar de inversión económica. Aunque ha habido muchos rumores que indican que en realidad el satelite hacía fotos a unos veraneantes de marte en bañador y chancletas.
Lo único que se sabe con certeza es que aquel satélite se salió de su rumbo y fue a chocar contra un anillo invisible de esos que rodean marte (que los hay y punto) provocando el efecto fichas de dominó puestas en fila que originó el desastre.

Los planetas se salvaron porque se ve que no se pueden mover de ahí por algo llamado gravedad, eso o que pesan demasiado, porque todos sabemos que las cosas que pesan demasiado cuestan mucho de mover. Pero lo demás comenzó a caer, así, como si fuera lo más normal del mundo, sin ninguna explicación.
Cayeron primero los meteoritos aburridos que iban dando vuelta sin ningún sentido. Después las pobres estrellas fugaces maltratadas por las mujeres que de pronto, sin venir demasiado a cuento, habían decidido considerar la madurez sinónimo de dejar de buscarlas, pobrecitas... A continuación cayeron todas esas estrellas que un muchacho enamorado no supo aprender a cazar con su correspondiente castigo llamado (soledad por haberse atrevido a querer demasiado). Y finalmente, las naves espaciales sin motor de propulsión, las de propulsión consiguieron mantener el rumbo.

Aún así, y aunque se haya catalogado como el desastre, yo no le encuentro demasiado sentido.
Porque ya ven; no hubo victimas. Por fin mi cielo es verde. Paseo junto a las estrellas. Estoy aprendiendo nuevos idiomas. Y quizá me enseñen nuevos bailes.

RODRIGO.
renuncia

viernes, 9 de abril de 2010

¿y hoy?

Era aún más de todo lo que yo pudiera intuir
era alegría y soledad compartida
era ilusión, pasión y armonía
era las ganas de un nuevo día
era razón suficiente para sonreir en la mañana siguiente
sin ni siquiera haber compartido
nada que lo hiciera grande.

O quizá sí, algo tan pequeño que a la percepcion
se le escapa, como el pasado de un enamorado,
como recuerdos que lastran.
Es aquella sonrisa de un momento que dijo ayer
que hoy no sería mas incierto,
que al menos en vida, la llenan de abrigo
pequeños encuentros.

lunes, 29 de marzo de 2010

18.23



A las 18.23 un muchacho escuchaba “al vent” por primera vez en su vida y una duda le sacudía con fuerza la cabeza una y otra vez: ¿Que cojones voy a hacer?.
En un lugar mas allá de lo conocido, la Realidad llevaba una capucha negra y asesinaba a todo aquel que no estaba dispuesto a seguirla sumisa hacía los mares de la monotonía. Y una pregunta la asaltaba continuamente: ¿ Por que cojones me toca a mi acabar con los sueños y las aspiraciones de las personas?.

Al mismo tiempo, pero a una hora que no sabré aprenderme, en el norte del asteroide b-612, un principito lloraba desconsolado porque su rosa se había marchitado y él había contemplado horrorizado la caída de su último pétalo. Una sensación amarga le bajaba por la garganta: ¿ Por que cojones perdemos las cosas que más nos importan?, ¿A donde cojones van?.
Eran las 18.23 en el reloj de aquel señor que había estado enamorado 20 años de la misma mujer. Aquel señor que había regalado veinte rosas rojas, una por cada cumpleaños desde que se había enamorado de ella. Y como recompensa solo había recibido veinte silencios como balas, con sus respectivos hundimientos que duraban aproximadamente 363 días. ¿ Por que cojones no sé olvidarla? Se preguntaba una y otra vez.

En una parte del mundo un niño corría detrás de una cometa sonriendo, cantando y agitando los brazos. Mil kilómetros al sur otro niño corría por otro motivo que prefiero no nombrar. Eran las 18.23 y la vida de uno de esos dos niños iba a cambiar drástica e irremediablemente para siempre.

Se encendían luces y se apagaban corazones. Se daban besos, tortazos, caídas, triunfos, fracasos, nacimientos, miradas, pactos, escritores, Alfonsos, admiradoras, aplausos, ataques de tos, suspiros. Se lloraba y nacía poesía.

Eran las 18.23... ¿Y tu?, ¿Que cojones estabas haciendo?


Rodrigo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Lo que me mata de ti no acaba conmigo *


No entendía porque seguía estando de pie, no lo sabía, no tenía sentido.

Porque todos somos iguales y solo es cuestión de querer darse cuenta. Todos lloramos y todos amamos. Todos tenemos siempre mucho más que perder que ganar aunque nos empeñemos en machacar por puntos a los asuntos de la soledad. Todos engañamos y mentimos para sobrevivir a nuestros propios miedos, soñamos con caras que jamás hemos visto y sabemos que tarde o temprano haremos daño de una forma brutal y desconsiderada.
Todos creemos que merecemos más aunque no hagamos nada por ganárnoslo y sabemos que andar detrás de nuestra sombra cansada agota demasiado.
Todos odiamos al odio pero odiamos cuando nos odian. Todos huimos pero todos nos encontramos frente al espejo y nos cabreamos al mirarnos a los ojos. Todos pintamos día y noche a alguien que sea capaz de salvarnos, pero todos fallamos estrepitosamente a la hora de salvar.

Y aun así, aunque todos seamos iguales, en mi caso, y a diferencia del resto: LO QUE ME MATA DE TI NO ACABA CONMIGO *.



RODRIGO.


* Frase sacada de http://www.dospalabrotas.blogspot.com/ no dejen de visitarla.

lunes, 8 de marzo de 2010

Años, meses, dias, minutos y segundos


Hace unos años, como pasa el tiempo por cierto, me escribí un NO en el reverso de la mano. Era un NO grande y en mayúsculas. Y para que se viera bien siempre y no me olvidara de su propósito, lo repasaba una o dos veces al día y lo redondeaba con un circulo. La verdad es que no funcionó demasiado. No se si fue porque hace unos años tenía fe en el resultado de hacer las cosas bien, era un yonki del romanticismo, creía que los corazones siempre ganan, o simplemente era un imbécil.

Hace unos meses, como sigue pasando el tiempo por cierto, dejé de hacer una cosa en la cual volcaba toda mi alma, mis ganas, mis anhelos, mis esperanzas, y mi existencia al fin y al cabo.
Al menos me pegué unos bailes subiditos de tono en una valla amarilla, agarrado a un balcón oxidado, con cigarro en mano y cubata en boca (o viceversa). Y la verdad es que si funcionó, aquella vez me sentí bien, no tuve que llorar ni gritar, no tuve que regalar nada. Volví a creer en brujas buenas, en maldiciones rotas y en segundas oportunidades con ojos verdes, o azules, o negros, o marrones.

Hace unos días, que lento pasa el tiempo por cierto, brindé, asentí, y una parte de mi confió. Me jugué una carta bien bonita y sobre todo ganadora, y me machacaron con un ordago y un farol. Esta vez no funcionó pero tampoco me importó demasiado. En la mano solo tengo un tatu bien molón de matutano.

Hace unos minutos, que lento sigue pasando el tiempo por cierto, he decidido muchas cosas. Casi todas (buenas/malas) y algunas (buenas/malas)... aún no tengo ni idea de como son. Solo me interesa saber que aún tengo fuerzas para seguir en las trincheras de esta guerra llamada “la vida y esas cosas”. Y pase lo que pase, o no pase nada de lo tenga que pasar; todo bailará bien... porque como alguien dijo alguna vez: lo mejor de ser escritor es que tu, y solamente tu puedes escoger el final. (si, ese alguien soy yo, lo se, gracias a todos, gracias).

Hace unos segundos, como baila el tiempo por cierto, me comí un paquete de regaliz, estaba muy bueno, igual bajo al quiosco a por más, ya os comentaré esta apasionante experiencia en otro momento.
 
 
 
RODRIGO.