Ahora estamos en dos blogs...




LOS COMENTARIOS ANIMAN A LA SEÑORITA ESCRITURA








lunes, 29 de marzo de 2010

18.23



A las 18.23 un muchacho escuchaba “al vent” por primera vez en su vida y una duda le sacudía con fuerza la cabeza una y otra vez: ¿Que cojones voy a hacer?.
En un lugar mas allá de lo conocido, la Realidad llevaba una capucha negra y asesinaba a todo aquel que no estaba dispuesto a seguirla sumisa hacía los mares de la monotonía. Y una pregunta la asaltaba continuamente: ¿ Por que cojones me toca a mi acabar con los sueños y las aspiraciones de las personas?.

Al mismo tiempo, pero a una hora que no sabré aprenderme, en el norte del asteroide b-612, un principito lloraba desconsolado porque su rosa se había marchitado y él había contemplado horrorizado la caída de su último pétalo. Una sensación amarga le bajaba por la garganta: ¿ Por que cojones perdemos las cosas que más nos importan?, ¿A donde cojones van?.
Eran las 18.23 en el reloj de aquel señor que había estado enamorado 20 años de la misma mujer. Aquel señor que había regalado veinte rosas rojas, una por cada cumpleaños desde que se había enamorado de ella. Y como recompensa solo había recibido veinte silencios como balas, con sus respectivos hundimientos que duraban aproximadamente 363 días. ¿ Por que cojones no sé olvidarla? Se preguntaba una y otra vez.

En una parte del mundo un niño corría detrás de una cometa sonriendo, cantando y agitando los brazos. Mil kilómetros al sur otro niño corría por otro motivo que prefiero no nombrar. Eran las 18.23 y la vida de uno de esos dos niños iba a cambiar drástica e irremediablemente para siempre.

Se encendían luces y se apagaban corazones. Se daban besos, tortazos, caídas, triunfos, fracasos, nacimientos, miradas, pactos, escritores, Alfonsos, admiradoras, aplausos, ataques de tos, suspiros. Se lloraba y nacía poesía.

Eran las 18.23... ¿Y tu?, ¿Que cojones estabas haciendo?


Rodrigo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Lo que me mata de ti no acaba conmigo *


No entendía porque seguía estando de pie, no lo sabía, no tenía sentido.

Porque todos somos iguales y solo es cuestión de querer darse cuenta. Todos lloramos y todos amamos. Todos tenemos siempre mucho más que perder que ganar aunque nos empeñemos en machacar por puntos a los asuntos de la soledad. Todos engañamos y mentimos para sobrevivir a nuestros propios miedos, soñamos con caras que jamás hemos visto y sabemos que tarde o temprano haremos daño de una forma brutal y desconsiderada.
Todos creemos que merecemos más aunque no hagamos nada por ganárnoslo y sabemos que andar detrás de nuestra sombra cansada agota demasiado.
Todos odiamos al odio pero odiamos cuando nos odian. Todos huimos pero todos nos encontramos frente al espejo y nos cabreamos al mirarnos a los ojos. Todos pintamos día y noche a alguien que sea capaz de salvarnos, pero todos fallamos estrepitosamente a la hora de salvar.

Y aun así, aunque todos seamos iguales, en mi caso, y a diferencia del resto: LO QUE ME MATA DE TI NO ACABA CONMIGO *.



RODRIGO.


* Frase sacada de http://www.dospalabrotas.blogspot.com/ no dejen de visitarla.

lunes, 8 de marzo de 2010

Años, meses, dias, minutos y segundos


Hace unos años, como pasa el tiempo por cierto, me escribí un NO en el reverso de la mano. Era un NO grande y en mayúsculas. Y para que se viera bien siempre y no me olvidara de su propósito, lo repasaba una o dos veces al día y lo redondeaba con un circulo. La verdad es que no funcionó demasiado. No se si fue porque hace unos años tenía fe en el resultado de hacer las cosas bien, era un yonki del romanticismo, creía que los corazones siempre ganan, o simplemente era un imbécil.

Hace unos meses, como sigue pasando el tiempo por cierto, dejé de hacer una cosa en la cual volcaba toda mi alma, mis ganas, mis anhelos, mis esperanzas, y mi existencia al fin y al cabo.
Al menos me pegué unos bailes subiditos de tono en una valla amarilla, agarrado a un balcón oxidado, con cigarro en mano y cubata en boca (o viceversa). Y la verdad es que si funcionó, aquella vez me sentí bien, no tuve que llorar ni gritar, no tuve que regalar nada. Volví a creer en brujas buenas, en maldiciones rotas y en segundas oportunidades con ojos verdes, o azules, o negros, o marrones.

Hace unos días, que lento pasa el tiempo por cierto, brindé, asentí, y una parte de mi confió. Me jugué una carta bien bonita y sobre todo ganadora, y me machacaron con un ordago y un farol. Esta vez no funcionó pero tampoco me importó demasiado. En la mano solo tengo un tatu bien molón de matutano.

Hace unos minutos, que lento sigue pasando el tiempo por cierto, he decidido muchas cosas. Casi todas (buenas/malas) y algunas (buenas/malas)... aún no tengo ni idea de como son. Solo me interesa saber que aún tengo fuerzas para seguir en las trincheras de esta guerra llamada “la vida y esas cosas”. Y pase lo que pase, o no pase nada de lo tenga que pasar; todo bailará bien... porque como alguien dijo alguna vez: lo mejor de ser escritor es que tu, y solamente tu puedes escoger el final. (si, ese alguien soy yo, lo se, gracias a todos, gracias).

Hace unos segundos, como baila el tiempo por cierto, me comí un paquete de regaliz, estaba muy bueno, igual bajo al quiosco a por más, ya os comentaré esta apasionante experiencia en otro momento.
 
 
 
RODRIGO.

lunes, 1 de marzo de 2010

CARTA A .... SOLE -DAD



Querida SOLE:

Para que luego vengas, te quejes de mis ausencias, me prometas un cambio radical como si nunca hubiera pasado nada demasiado importante, y me dejes tirado como siempre.
Aquí estoy escribiéndote una vez más y los dos sabemos que no será la última, ¿verdDAD?, si ya te lo decía yo, no vayas de lista que es lo único que te falta.

¿Sabes? Me da rabia que seas tan hermosa, no es justo, valorarías mucho más las cosas si fueras tan fea por fuera como lo eres por dentro. Hazme caso cuando te digo que no pondrías esos ojitos de pena mientras estas pensando en largarte a joder a otro alguien que esté feliz, o no lo esté, no creo que eso te importe demasiado.

Lo único que no me hace ir a por ti con una pala (o cualquier otra arma de jardín: tijeras de podar, sombrero de paja, macetas, enanitos etc...), es saber que aún así y con todo lo mal que te has portado conmigo me necesitas, me quieres aunque sea un poquito, sabes que soy la leche y un tío interesante con tintes de bondad ( y modestia ). Te gustan mis regalos, mis ideas, mis ojos, pero sobre todo se que te recuerdo a todo lo que has perdido... lo que tu has querido perder y no quieres saber recuperar. Necesitas saber de mi para seguir mirando con ojos de pena, para seguir cerrando más puertas, para sentirte ¿normal?... ¿algún día me podrás explicar eso?

En fin; podría pasarme todo el día escribiéndote pero te voy a tener que dejar ya SOLE. Tengo muchas cosas que hacer, algunas que encontrar y ninguna que perder. Quizá no nos veamos en un tiempo, quizá mañana, quien sabe... probablemente DependerÁ De usted señorita, como todo al fin y al cabo.

Hasta pronto, nunca adiós.

RODRIGO.