- ¿Sabes?... Hubo una época en la que creía en cualquier cosa bonita. Me gustaban las casualidades, los detalles, las miradas, y todo lo relacionado con ella, supongo.
- Con ella ¿Te refieres a la magia? ¿o a alguien en particular?
- En realidad a las dos cosas... cuando dos cosas aparecen juntas tan de repente, para mi es imposible separarlas. Y quizá por eso siempre sigue en mi cabeza, sin esa parte de mi vida no sería quién soy... no sé porque me da por valorar mucho esas cosas.
- Y te jode, ¿verdad? Se te nota.
Suena una guitarra: vuelan canciones y poetas de esos que ya no nacerán. Se cuela un anuncio y una chica de ojos verdes. No hay mucha luz, aunque están pintando unos dibujos que no logro descifrar en la pared; creo que antes había grafitis.
Falta un minuto para los 20.45. Mi tercera cerveza está fría, así da gusto brindar con cualquiera de los que en pocos minutos van a aparecer sentados a mi alrededor. Cada uno con su guerra, sus heridas, sus victorias, sus derrotas.
Aún quedan demasiadas batallas por lidiar, demasiadas victorias que saborear.
- Me jode... sí, la verdad es que sí. Pero si todo ocurrió para tener momentos como este; ha valido la pena, sí que ha valido la pena...
Ro.
demasiadas
ResponderEliminarla tierra todos los dias sobre si misma
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