Ahora estamos en dos blogs...




LOS COMENTARIOS ANIMAN A LA SEÑORITA ESCRITURA








domingo, 30 de mayo de 2010

Aquí.



Miro el café con leche muy concentrado con la pequeña ilusión de verme allí reflejado. Me gustaría saber si mi aspecto ha cambiado, aunque no lo creo. Serán mentira todas las historias que dicen que el dolor o el miedo son capaces de cambiar el aspecto de las personas. Otra mentira más, como casi todo lo que hemos aprendido en nuestra vida al fin y al cabo.


Me largo porque ya no puedo más. Ya no puedo dormir ni caminar, noto como un puño apretándome constantemente en el pecho, a todas horas, y vaya donde vaya. Ni siquiera puedo reír sin sentirme culpable por hacerlo, ¿y qué es de una vida sin risa?, para mi no es nada, no es una vida.
No puedo respirar de cosas que no pasaran nunca. Ya no puedo seguir ocultando la rabia que me arde por dentro, ni apagarla con una excusa o una canción.

Me termino el café y pago la cuenta en la barra del bar. Hay mucho movimiento de pasajeros que acaban de llegar, o están a punto de marcharse que se toman algún café para espabilarse. Son las ocho y media de la mañana y muchos trenes escupen o recogen pasajeros preparándolos para un nuevo día.

Yo por fin he logrado vaciar mi cabeza y a cambio llenar una maleta. Y por si fuera poco, he decidido también matar a todos mis recuerdos. Me asombra lo fácil que resulta enterrar a los malos y ensalzar a los buenos, y eso no me parece justo ni me sucederá nunca más. Paso de los sueños y de las circunstancias que busco constantemente para que parezcan casualidades. Siempre me dieron mucho más daño que remedio, que se hundan, los condeno al olvido que es el peor castigo que existe.

Todo comenzó aquí, alrededor de esta estación, alrededor de esta ciudad. Aquí no supe hacer las cosas bien. Aquí fue dónde desde el principio el destino me fue empujando lenta e irremediablemente hacía este desenlace...


RODRIGO.

martes, 18 de mayo de 2010

El camino menos transitado...

Esta pequeña historia comienza con dos personajes sentados en un banco pintado de rojo, delante de un camino poco transitado. Detrás de ellos, situado entre dos árboles, se observa un cable negro repleto de zapatos colgando, sí, como en Big Fish. Además, Si nos da por coger una cámara de vídeo y hacer un plano general podremos ver a lo lejos un libro abierto. ¿El autor? Un poeta llamado Robert frost. ¿la página? La 168. ¿Qué se lee? Una frase. ¿Qué frase? Un bosque divergía en dos caminos, y yo escogí el menos transitado...

Continuemos pues con nuestros dos personajes:

Uno lleva camiseta verde, bermudas marrones, pulsera contenta en la muñeca izquierda, y menorquinas con un año y medio de antigüedad. Está comiendo uvas rojas con sabor a fresa mientras tararea un poema de Bécquer convertido en rap. Sonríe y le dice cosas bonitas al mundo.

El otro lleva camiseta gris, pantalones vaqueros con ralla, pulsera triste en la muñeca derecha, y unos zapatos marrones que alguien le regaló. No está comiendo nada porque nunca tiene hambre. Sus boca señala hacía abajo y solo habla consigo mismo sobre cosas inventadas.

Uno está convencido de que acertó al escoger aquel camino y se siente enormemente orgulloso. El otro no sabe si escogió correctamente o tomó el camino que para él era el menos complicado, un escudo ante su cobardía, una excusa ante la dificultad de pelear contra este mundo roto que se cae lentamente a pedazos.

¿Cuál de esos personajes soy yo? , ¿Cuál de esos personajes eres tu?, ¿Cuál es tu camino?.


RODRIGO.

lunes, 10 de mayo de 2010

Siempre te encuentra...

He llegado a considerar que todo estaba en mi cabeza y que yo veía algo que no existía. Pero no estoy tan loco... Noto como la gente me mira con compasión y escucho aunque todo esté en silencio lo triste que puede ser el destino de las personas. Por eso se que todo es real, y que tengo que vivir con ello.

Lo que más miedo me da es no verla envejecer... Yo me iré marchitando poco a poco y ella siempre se mantendrá igual. Tengo miedo de que eso acabe por matarlo todo.
La imagino bailando con una cinta amarilla en el pelo, gritando y sonriendo. La noto a mi lado muchas noches mientras duermo y me rompo un poco al despertar y ver que no está, que ya nunca estará. Nunca dejéis de lado a alguien que de verdad os importa. Porque cuando de verdad se va, nunca volverá. Y puede que seas capaz de crear millones de armaduras con forma de excusas que protejan tu corazón. Pero un día el dolor llegará, lento, negro, puro, sin rabia.

El dolor siempre te encuentra.

RODRIGO.

lunes, 3 de mayo de 2010

El pintor y su cuadro...



Supongo que no se lo merecía y yo no tenía ningún derecho a aprender a pintarla.

Ya no hablaba ni sonreía. Casi todo el mundo cree que fue consecuencia de sus malos actos, de sus engaños, de sus promesas no cumplidas. Yo no estoy tan seguro.

Era hermosa, luminosa, y sus pasos demolían las aceras. Ahora es preciosa, pálida, y sus pasos vuelan con las hojas.

No es tan fácil ser hermosa. No es tan fácil romper corazones sin pagar un precio muy alto por ello.


RODRIGO.