Ahora estamos en dos blogs...




LOS COMENTARIOS ANIMAN A LA SEÑORITA ESCRITURA








sábado, 17 de septiembre de 2011

Nunca, siempre y pasear; de cualquier mano.

Nunca aprendía a no temblar, era una puta manía, o maldición, o como quieras llamarlo. Al encontrarme a Mariola mi vida entera temblaba, se sacudía, a veces moría, no lloraba por no llamar la atención.

Era de noche y los saludos me mataban, era muy absurdo, pero solo se me ocurría pasear. La distancia con ella creaba nostalgia y lástima , me sentía como un coche rodeado de camiones y aunque esta comparación suene estúpida, me quitaba ganas y trozos de vida, poco a poco, lentamente, como una sinfonía de Bach; fuerte y débil, definitiva...

Llegué a casa y me puse a escribir, iba borracho, como colofón a mis circunstancias; que vivan los poetas torturados y desplazados, con vino y declaraciones sin respuesta a las farolas, hablar por hablar mientras callo, llorar por llorar. Así me encontraba yo; solo y más solo, rodeado y mas solo, gritando y más solo todavía.

Londres estaba oscuro, y eso que está lleno de farolas y de bares abiertos 24 horas, a mi todo eso me daba igual. Si me hubieran regalado un color, si a Jorge le hubieran regalado alguno hubiera sido el gris, sin duda alguna, si mi alma compitiera a ganar arco iris no hubiera tenido ni una oportunidad. El gris, como ya sabes está pasado de moda; es como los pantalones de campana, o mis palestinas de colores, o mis ojos rojos o verdes o marrones según mis espejos anticuados.

Llegué a casa y continué escribiendo pensando en ti, sin Mariola ni caídas, intentando dar un paso grande entre tinieblas, no es fácil ¿sabes? Caer es demasiado común en mi vida, te sorprenderías si vieras todas las veces que me estampo, nadie me sujeta, y duele, y ni los pianos me anestesian... es dolor puro, si rabia, es dolor de alma, de violines rotos, de gritar.

Exclamé un yo solo quiero, una y otra vez, y la pereza y sus amigos Quique Gonzalez y Andrelo me apagaron el alma y me susurraron al corazón. Así logré la calma, así y con canciones del árbol de la vida. Mallick me reconforta, otras maneras de ver el mundo me tranquilizan, mecen y planean.

Y con calma y con suspiros busqué a la rosa que el principito protegía, no sabes lo que me aturde ese libro, ni mil pozos ni serpientes, logro volar y ver más allá. Y Sarah Chang y su Vitali Chaconne; que viva ella y sus ganas de transpasar fronteras.

Fumaba, fumo, me voy al presente. Como mi lámpara media rota y mi tercer cigarro, me encantan los comienzos sin remiendos. Recuerdo historias que nunca supieron empezar y me apuesto a mi mismo lo que sea por saber administrar principios. Siempre los principios, las fotos, los encuentros, las miradas, mi buena suerte por andar y no caerme, mis ganas de sonreír sin pagar nada a cambio.

Suena ella, de nuevo un violín con cuerdas afinadas, sin tantas lágrimas ni cartas llenas de veneno, un principio y una mano que me acompañe, siempre una oportunidad para el chico de la barra que fuma y escucha las canciones tristes o hermosas. Siempre un siempre. Y espero que después de todo esto, y aunque no me lo merezca, siga viniendo otro siempre.


RODRIGO.

1 comentario:

  1. Siempre que todo moría, siempre que los días mentían, siempre que el amor se disfrazaba
    de algo que se movía con miedo.

    http://www.youtube.com/watch?v=_VY1nUctVq0

    ResponderEliminar