Yo siempre sigo aquí y tú no sé si cambias de forma, de color de ojos, de sonrisa, o de forma de pensar. No sé si ahora estás de vacaciones o si volver a visitarme son tus verdaderas vacaciones.
Me atrevo a pensar que de alguna manera siempre estás.
Desde que robaba cuadros y viajaba en sueños muy bien acompañado por todo el mundo. Desde los comentarios firmados +++, o eran ***, no lo recuerdo. Aunque sé que siempre lo echo de menos, con la nostalgia que siempre acompaña a mi recuerdo. Tengo una memoria muy estúpida. Como cuando apareció calabaza y me hizo dudar.
Las muchas cartas que mandé y tu leíste con gusto o sin él. Recuerdo las palabras como balas, y todas las balas con forma de palabras, palabras que no se quieren escuchar.
El muchacho que conversaba con las estrellas. Los caminos poco transitados asaltados por terribles sujetos. Los continuará... que nunca continuaron. Las cartas cargadas de odio. Los bancos, la soledad, la realidad, las playas, los violines malditos, LOS OTOÑOS.
Sé que alguna vez sonreíste; otras te aburriste, te decepcionaste, lloraste, maldejiste, o me llamaste subnormal. Quizá me comentaste algo, quizá nunca lo hiciste, quizá lo hagas algún día.
Yo siempre sigo aquí y tú no sé si cambias de forma, de color de ojos, de sonrisa, o de forma de pensar.
Gracias por seguirme en alguna etapa; Llamada blog, fotolog, email, messenger, carta, folio garabateado, avión de papel. Gracias por aprenderme un poco y escuchar cada uno de mis lamentos.
Gracias por enseñarme a escribir.
Rodrigo.